Fiestas Nuestra Señora de Covadonga

Mensaje del Presidente del Principado de Asturias

Adrián Barbón Rodríguez - Presidente del Principado de Asturias

Adrián Barbón Rodríguez
Presidente del Principado de Asturias

Apreciados socios y socias del Centro Asturiano de Oviedo:

El 8 de septiembre, Día de Asturias, celebráis vuestros festejos en honor a la patrona, la Virgen de Covadonga, en una jornada de unión y confraternización. Para mí, es un honor poder saludaros de nuevo desde estas páginas en una ocasión tan señalada.
Tras muchos años de trabajo intenso, el Centro Asturiano de Oviedo, símbolo del progreso de la emigración asturiana repartida por el mundo, se ha convertido en una referencia, tanto por la calidad de sus instalaciones como por la gran oferta cultural, de ocio y deportiva que pone al servicio de sus socios y que crece al ritmo de los tiempos. A muchas personas puede llamarles la atención que en la misma Asturias exista una sociedad así. ¿Para qué, qué sentido tiene un centro regional en la propia tierra natal?

Tendríamos que remontarnos a 1886, cuando 50 asturianos residentes en Cuba constituyeron el Centro Asturiano de La Habana y, posteriormente, instauraron una delegación en Gijón para que, entre otras cuestiones, atendiera a los emigrantes que se embarcasen en El Musel y ayudara a los que regresaran a Asturias.

En 1922, se planteó la creación de un sanatorio para recoger y amparar a los enfermos tuberculosos que retornaban sin recursos al Principado, un loable proyecto acogido con entusiasmo y que concitaría colaboración y espléndidas aportaciones dinerarias de emigrantes en Cuba, Tampa, Argentina, Uruguay, la Diputación Provincial de Oviedo, ayuntamientos, entidades privadas, particulares, etcétera. Con la compra de los terrenos en el Naranco, en 1927, se iniciaron las obras del centro, pero sucesivas crisis económicas y sociales y, finalmente, los bombardeos de la guerra civil, dieron al traste con el proyecto.

Por fin, en la década de los 50, se comenzó a adecuar la finca del Naranco y a dotarla de instalaciones deportivas, al tiempo que se abrió a la sociedad asturiana en general con actos culturales y recreativos en los que participaron, además de sus socios, todo el público interesado. Los años 70 trajeron la independencia a la delegación ovetense, que inscribió los terrenos como Centro Asturiano de Oviedo, denominación definitiva y actual. Ahora, ya sí, vuelvo al principio para responderme cuál es el sentido de contar con un centro asturiano en la mismísima capital del Principado. A mi entender, un profundo sentimiento de identidad que nos acompaña y nos distingue siempre y en todo lugar unido a un fuerte sentido de pertenencia que se afirma sobre sí mismo, inclusivo y abierto al mundo.

Los centros asturianos, ya estén en Latinoamérica, en cualquier parte de España o en nuestra propia tierra, siempre son excelentes embajadas de nuestra comunidad y vivos ejemplos de defensa de la cultura y las raíces propias. Como presidente del gobierno, lo reconozco y lo agradezco.

Felicito a la dirección del Centro Asturiano de Oviedo por el diseño de un programa festivo que fomenta la participación de niños y mayores en las más diversas actividades culturales, deportivas y folclóricas. Y termino reiterándoos las gracias a la junta directiva y a los socios y socias por invitarme, un año más, a participar con estas líneas en esta celebración tan especial.

A todos, felices fiestas. Feliz Día de Asturias.